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lunes, 18 de abril de 2011

Lamentable equivocación




Cuentacuentos.-

Lamentable equivocación


La complicidad se asomaba a sus ojos; “no dejarían pasar aquella oportunidad” ¿O sí...? La cuestión es que una pareja es cosa de dos y para nada vale la buena voluntad de uno de los miembros, si el otro no está dispuesto a mover ficha o es demasiado tímido o vacío para lanzarse al ruedo, como se suele decir. También hay que tener en cuenta que a los humanos nos es fácil equivocarnos, sobre todo en lo concerniente a los sentimientos en el amor....

Es cierto que parecían vivir en una nube, donde las sonrisas y las miradas delataban esa complicidad de la que tanto presumían. No necesitaban hablarse para comprenderse o para coincidir en los puntos de vista. También es cierto que salían siempre el uno en defensa del otro sin reserva. A veces, hasta parecía que se leían los pensamientos y eso lo palpábamos todos los que estábamos en su grupo de amigos. Dudábamos si eran dos o uno sólo en dos compañeros, porque a veces chocaba que la opinión de uno de ellos, fuera para el otro el evangelio, sin meditar siquiera las otras opciones vertidas en cuestiones concretas, que eran decisivas para toda la peña.

Lo que en verdad nos tenía a todos desconcertados era que dos personas tan diferentes de forma de ser, al menos hasta ese extraño enamoramiento, se hubieran vuelto tan iguales; máxime cuando antes no se tenían demasiado aprecio que digamos y eran como el día y la noche de distintos...

El hecho de aquel “amor inesperado” nos había cogido desapercibido a la mayoría y no terminábamos de encajar la situación (aunque siempre se ha dicho que los polos opuestos se atraen y en este caso se cumplía con exactitud).

No sé en qué momento tuvieron la oportunidad de conectar a solas. Yo misma, me había pasado un tiempo queriendo llamar la atención de Mario y nunca conseguí que me viera diferente a otras de los miembros de la pandilla.

Mario, era el típico chico interesado en todo lo que le gusta a los hombres y jamás estaba dispuesto a participar en nada que lo hubiese preparado una mujer (si es que no era arrastrado a ello por los amigos masculinos). Era el típico chaval dispuesto a poner el hombro y a acompañar a una juega a todos los compañeros varones que sufrían desengaños. A las chicas, en general, parecía no entenderlas. Casi se podría decir (o daba la impresión) que se había llevado una gran decepción en el pasado y que no se fiaba para nada del género femenino....

Patricia en cambio, era una chica que aparentaba estar un poco vacía y pija hasta la saciedad. Ella demostraba no estar interesada en nada que estuviera fuera de la moda, fiestas, conciertos o en ser la más popular dentro del Campus. Siempre aparecía seguida de un séquito de admiradoras que querían parecerse a ella. Claro está que sus padres podían permitirse darles todo lo que a la “niña” se le antojaba y siempre se adelantaba o era la primera en lucir o disfrutar de lo último....

Quizás sea verdad ese dicho de que “pueden más dos tetas que dos carretas” y Patricia tenía dos buenas razones de silicona. Dos buenas “domingas”, que es en definitiva era lo que obnubilaba a todos los hombres...

Patricia y Mario, fue la primera pareja que se formó dentro de los muros estudiantiles y eso hizo que el grupo de amigos, que habíamos logrado conectar desde el primer día, se resintiera en parte, separándose un poco. Nuestros protagonistas, ni siquiera lo advirtieron. Estaban demasiado ocupados en hacerse carantoñas para darse cuenta de nada más.

Al año siguiente, yo obtuve una beca en una universidad de Canadá y nunca más supe de ellos, hasta esta mañana, que al leer la prensa, venía en primera página un crimen pasional, donde el hombre “Mario”, había matado a su mujer “Patricia”, cortándole el cuello y luego se había quitado la vida de un disparo en la cabeza.

Parece que la complicidad pasó dejando al descubierto esas diferencias y verdades desnudas, que todos conocíamos. Todos menos ellos, que terminaron sin querer, con la buena onda de la panda, produciéndose un lógico alejamiento.

Quizás es que todos presentíamos lo que iba a ocurrir y nos daba miedo estar presente cuando se cayeran las vendas de Cupido...

No crean que soy insensible o inhumana. Me los hacía felices, titulados y separados. Nunca imaginé que no supieran cortar a tiempo...

Mario y Patricia, no quisieron advertir que lo que ellos llamaban complicidad, no era otra cosa que un montón de hormonas juveniles y recalentadas, danzando alrededor del fuego de la pasión e hicieron suyo ese dicho que dice: “Genio y figura, hasta la sepultura”, que supieron cumplir a rajatabla...

Para leer buenas historias que comienzan con la misma frase, sólo tienen que clicar en el siguiente enlace: http://www.elcuentacuentos.com/


5 comentarios:

Rebeca Gonzalo dijo...

Me ha sorprendido y eso me encanta.

Un abrazo.

Natalia dijo...

Suele pasar más de lo que pensamos. La juventud, los calentones, hacen que se unan personas que, pasado el momento estelar, se encuentran con que no tienen nada, ni son nada el uno para otro. Unos cortan a tiempo, y otros sufren las consecuencias.

Un magnífico relato, Roc :)

Un abrazo

Jan Lorenzo dijo...

Según iba leyendo me temía el final y pese a imaginarlo, me ha sorprendido igualmente. Quizá porque albergaba la esperanza de que terminase así, no me habría gustado tanto con otro final. Un placer!

Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.

atenea dijo...

Si es que esas parejas que no tienen nada en común suelen acabar sin tener nada que decirse. Algunos se separan cuando llega ese momento, otros comenten el error de seguir luchando por algo que sólo consigue acabar con ellos. El caso extremo está perfectamente reflejado en tu relato.

Me ha gustado porque no me esperaba para nada ese final, y una sorpresa (para bien o para mal) siempre es un buen final.

Besos!!

Pugliesino dijo...

Mientras lo leía sucedía que al tiempo era como si lo escuchara, en uno de esos lugares donde la panda se reune, al ver a traves de la narración la complejidad y al mismo tiempo sencillez de las relaciones humanas.
Del todo al vacío, de la nada a sentirse lo mas feliz del mundo, el miedo a una relación, el miedo a perderla ya por amor ya por miedo a la soledad, y de entre tal puzzle lo peor de todo: el crimen, el maltrato, el odio, etc. En el lado opuesto el amor.
Un gran relato Roc, con un gran también contenido social.

Un abrazo!

Muchas gracias, las abuelas son inmortales! y :( si este año ponen la Semana Santa en agosto seguro que llueve.