Cuéntame para poder situarme

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lunes, 4 de abril de 2011

Cuentacuentos.- "El lenguaje de los ojos"




Cuentacuentos.-


El lenguaje de los ojos

Nunca antes había visto una mirada como la del tuareg que tenía enfrente en ese momento. Ojos negros, profundos, que parecían recorrer cada rincón de mi cuerpo sin que yo pudiera hacer nada por evitarlo. No sólo era aquella mirada penetrante. Era sus modales, su forma de vestir, el conocimiento que parecía tener de todo aquel misterioso paraje... Era un pirata del desierto y siempre me habían atraído los piratas y más si eran árabes y nómadas...
A la mañana siguiente, al despertar antes que el resto del campamento, vi su cabello semejante a las ondas que hacen las dunas en el desierto, pero de un negro azabache tan atractivo y oscuro como su mirada. No me pude contener y enredé aquellos brillantes rizos entre mis dedos. Él besó mis manos y echamos a andar por aquella arena roja, olvidando al resto del equipo que nos acompañaba. No recordé que también iba en el grupo mi marido hasta años más tarde... Pero yo seguía perdida en aquella interminable mirada que me dominaba por completo.
Jamás hemos entendido una palabra el uno del otro, pero tampoco ha habido nada que decir ni que comprender, que no lo pudieran expresar los ojos, las manos y las sonrisas...
Quizás lleven buscándome todo este tiempo, pero aún soy esclava de una mirada negra como el carbón, que ilumina mi vida como dos candiles encendidos, como dos luceros en la noche, que alumbra mi camino y mis sentidos.
Nunca he sido tan libre y tan presa a la vez. Nadie jamás podrá despertar mi cuerpo como lo hace esos maravillosos ojos sin los que ya no podría vivir...
Nada soy ni quiero ser, sin esa mirada que me traspasa y me subyuga hasta el frenesí...


Para leer más relatos que comienzan con la misma frase, sólo tienen que clicar en el siguiente enlace: http://www.elcuentacuentos.com/

8 comentarios:

Jara dijo...

Ha conseguido atraparme hasta a mi. Lo tienes tan bien relatado que me he sentido ella.

Me ha gustado mucho Roc.

besito.

Jan Lorenzo dijo...

A veces una simple mirada es capaz de hacernos cautivos por siempre, sin que consigamos pensar en nada más que en la profundidad de los ojos que nos observan...

Me ha gustado mucho. Y mi protagonista al igual que la tuya, ha caído bajo el embrujo de los ojos de un tuareg... :)

Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.

atenea dijo...

Pues sí que la encandiló la mirada del tuareg, tanto que no se acordó de que tenía un marido en años!!

Me ha gustado mucho, muy cortito y aún así nos cuentas toda una historia de amor que comenzó con una mirada. Genial :)

Besos!!

Natalia dijo...

Qué hermoso relato :) A mi me encanta todo lo que tenga que ver con el desierto. De hecho he escrito cuentos con ese paisaje de fondo.

Precioso, Roc, muy lindo, me ha gusto mucho.

Un abrazo

Pugliesino dijo...

Cuando leí por primera vez la frase no pude evitar, en esa fracción de tiempo que transcurre por la mente, trasladarme a escenarios de publicidad donde las firmas cogen impunemente no ya la imagen sino podría decirse que hasta su identidad para apresarla en un anuncio.
Y ya parece que no hay mas allá de lo que la publicidad toca, y al leerte siento que se rompen esos estereotipos, que esa mirada no lleva a un tarro de perfume sino a la pasión, a la aventura, y puede que al amor o a la muerte, pero es la libertad en si misma por la supervivencia.
La protagonista creo que siente ese viento que penetra por la ruptura de su mundo, ya incapaz de cerrarla.
Un relato impregnado del misterio del desierto.

En cuanto al mio no es ni mucho menos intención de identificar al pueblo azul con el terrorismo, sino al contrario, identificarlo con precisamente la supervivencia frente al atropello "legal". Sí, usa la violencia, pero ¿qué les queda? Mas pienso que aun sin la mística de estos pueblos hay muchos otros tal vez no tan atractivos pero que se extinguen olvidados.
El Estrecho debería ser un puente mucho mas ancho y comprensivo.

Un abrazo lleno de sur!

Pilar Moreno Wallace dijo...

Preciosa prosa, en realidad todo el blog, que me ha encantado.
Un abrazo desde Holanda.

Hell dijo...

Pues sí que te gusta en mundo árabe, sí.
Lo he ido leyendo en dos o tres relatos de nuestros compañeros: el embrujo de una mirada penetrante y masculina como es la de un Tuareg.
Lástima que, al menos en mi región, la población de esa cultura no se parece en nada a las de su tierra de origen. En fin...
Me ha encantado tu relato, tan breve, tan conciso y tan penetrante.
Nos seguimos leyendo la semana que viene!

Beso.

Hell.

Nuncajamás dijo...

¡Ay, el peso de una mirada puede más que cualquier pesado eslabón! Un relato de amor en estado puro, sin caer en la cursilería. Muy, muy bueno.

Besotes.

P.D.: yo creo que también me dejaría atrapar por una mirada como la del tuareg de tu foto. ¡Qué ojos!