Cuéntame para poder situarme

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viernes, 18 de enero de 2008

CUENTACUENTOS 21-1-2008

Cuentacuentos 21-1-2008


Frase de la semana de Fantasmín: "Se truncó la noche en áspera y feliz, en oscura y con destellos (yo creo que por las farolas)."


Se truncó la noche en áspera y feliz, en oscura y con destellos (yo creo que por las farolas). Me tropecé contigo en primavera, en una noche de mayo roja y calina. Y se volvieron tus brazos enredaderas bajo la farola sin luz de aquella esquina del parque. No pude resistirme y te entregué la blandura de mis besos. Tú me diste la sal de tu salina y perdimos el norte y la guía, navegando en el mar del deseo y la pasión.
Tus ojos brillaban a la luz de la luna, encendidos con destellos de locura, mientras me alzabas cogida por las nalgas y me besabas con auténtico frenesí. Mi blusa cómplice de la misteriosa noche, del apagón del parque y del perfume embriagador de los jazmines y del azahar, se abría como por arte de magia, presentándote mis senos desafiantes a la altura de tus húmedos labios.
Mis manos sólo atinaban a enredarse en los rizos negro azabache de tu pelo, apretándote sobre mis pechos que reclamaban punzantes tus bravas lamidas y tus mordiscos en mis pezones, que parecían abrirse ante el aroma a hombre que empezaba a embriagarme, haciendo de mí, una auténtica marioneta entregada a tus caricias y al placer que nos ofrecía la ocasión.
No sé cómo ni de qué manera desapareció las ropas que llevábamos puesta ni tampoco puedo asegurar si estábamos sobre cemento o sobre césped, sólo puedo decir que no hubo rincón de mi cuerpo que no fuera acariciado por tu ágil lengua y por tus hábiles manos. Igualmente mi boca se paseó por todo tu cuerpo, que brillaba como bronce bruñido bajo la luna llena, única farola que parecía encendida sólo para ti y para mí, para dar matices de sombras maravillosas aumentando cada vez más aquella pasión sin límite que nos envolvía.
No hubo fluidos tuyos y míos que no saboreáramos durante las cinco horas que duró el apagón.
Cinco horas, que fuimos uno sólo, ni por un solo momento cesó ni bajó la tensión y la dureza de nuestros sexos. Allí no había un hombre y una mujer, allí estábamos dos animales en celo, que la oscuridad parecía haber hecho olvidar cualquier razonamiento, vergüenza o compromiso.
De pronto se encendieron las luces y nos sentíamos como dos ríos oscuros y vacíos para la boca callada de la gente que pasaba mirando con disimulo.
Pero para nosotros éramos como dos arcos de amor de un mismo puente por donde las aguas que pasaban habían descubierto el ancho y auténtico camino hacia el mar.

Roc

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lunes, 14 de enero de 2008

CUENTACUENTOS 14-1-2008

Iniciativa de Cuentacuentos a partir de una frase.

Frase de la semana:
"Pasaron varios días hasta que alguien cayó en la cuenta de que los sueños habían desaparecido"

Pasaron varios días hasta que alguien cayó en la cuenta de que los sueños habían desaparecido. No era de extrañar la tardanza en tan grave asunto, pues normalmente los sueños son una cosa íntima que se guarda con recelo en el fondo de tu mente. Con tanto recelo, que no tarda mucho tiempo en olvidarlos, haciéndolos cruzar la línea del subconsciente para que nadie pueda descubrirlos, intuirlos ni siquiera suponerlos.

Cayeron en la cuenta de lo que sucedía cuando Nelson, el chico que siempre llevaba ojeras hasta los hombros, debido a las horribles pesadillas que lo acechaban noche tras noche, presentaba un aspecto radiante y una sonrisa bastante más amplia de la que normalmente ocasionaba el azulado-negruzco de sus adormilados ojos.
En cambio Diana, la profesora soltera y cuarentona, cuya vida era a diario idealizada a base de sueños inalcanzables, parecía abatida y desolada, como si de pronto se les hubieran caído encima los veinte años atrasados en su forma de pensar y vestir.
Nuestra amiga y compañera María, parecía haber olvidado ese amor lejano separado por un océano y cuyo alimento básico eran los sueños.
La quiosquera también estaba espectacular, como si de pronto hubiera despertado de los malos sueños sitiéndose por fin en libertad.
Mi padre dejó de tener la fijación de que yo estudiara la carrera que a él le hubiera gustado estudiar y yo por fin podía pensar en lo que a mí me gustaba sin influencias ajenas a mi voluntad.
-Escucha Mario -dijo mi amigo Luís con cara de miedo-
¿Te has dado cuenta de que algo ha cambiado y que tendremos que hacer lo posible por arreglarlo rápidamente, antes que el mundo se acabe, porque si no hay sueños tampoco hay recuerdos y si no recordamos todo se va al garete?
-Pues si Luís, me he dado cuenta, pero no pienso igual que tú; los sueños confunden y hace a la gente vivir en un mundo irreal e imponer a otros lo que ellos no consiguieron.
Ahora perdóname, tengo mucho en que pensar (que no soñar) antes de que las personas vuelvan a vivir en la falsedad de los sueños.
Y es que si de algo yo me había dado cuenta era que los sueños ayudaban a los otros en sus frustraciones y amenazaban a los que en rebeldía preferían vivir la verdad despierto.
Roc
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martes, 1 de enero de 2008

Para que no se me olvide nunca



Me he tomado la libertad de crear una entrada que me haga recordar a Dios y hacer una pequeña oración que me ayude en los momentos difíciles…
En lo ajetreado de nuestros días frecuentemente olvidamos elevar una plegaria al Señor.
Amigo y Señor mío:
Ayúdame a decir la palabra de la verdad en la cara de los fuertes y a no mentir para congraciarme el aplauso de los débiles.
Dios Mío… Si me das dinero, no tomes mi felicidad a cambio y si me das fuerzas, no quites mi raciocinio.
Si me das éxito no me quites la humildad y si me das humildad, no quites mi dignidad.
Ayúdame a conocer la otra cara de las imágenes y no me dejes acusar a mis adversarios, tachándoles de traidores porque no comparten mi criterio.
Enséñame a amar a los demás como me amo a mí mismo y a juzgarme como lo hago con los demás.
No me dejes embriagar con el éxito cuando lo logre ni desesperarme si fracaso. Más bien, hazme siempre recordar que el fracaso es la prueba que antecede al éxito.
Enséñame que la tolerancia es el más alto grado de la fuerza y que el deseo de venganza es la primera manifestación de la debilidad.
Si me despojas del dinero, déjame la esperanza y si me despojas del éxito, déjame la fuerza de voluntad para poder vencer el fracaso.
Si me despojas del don de la salud déjame la gracia de la fe.
Si hago daño a la gente, dame la fuerza de la disculpa y si la gente me hace daño, dame la fuerza del perdón y la clemencia.
Dios mío... ¡Tú no te olvides de mí! Si yo me olvido de tí